Este no es un post corriente.
Como ya sabéis la mayoría de lo que me leeis, comencé este blog para aprender y compartir experiencias sobre RRHH y tecnología. Hoy me apetece dar un paso más allá y que conozcáis más sobre la persona que está detrás de la pantalla. Creo que la mejor forma de conectar con alguien es mostrarte vulnerable y ser completamente tú, así que hoy me abro para que me conozcáis desde las entrañas.
Os voy a contar quién soy, por qué empecé este negocio, cómo me ha ido estos años y cuáles han sido las cifras económicas de esta aventura. Sin tapujos. Vamos con todo.
No te voy a negar que me revuelve emocionalmente desnudarme al completo y que cientos de personas me lean pero, si no lo hiciera no sería yo, y quiero ser completamente fiel a mis valores, porque eso es precisamente lo que intento transmitir tanto a mis candidatos como a mis clientes. Transparencia y honestidad total.
Y es que hoy siento que tengo que compartir contigo este pedacito de mí. Así que allá voy.
Soy Marina, tengo 29 años (a punto de cumplir 30) y vivo en Sevilla. Me encantan los viajes y el yoga. Soy una persona familiar y adoro pasar tiempo con mis amigos. Me considero muy intuitiva (quizás por eso se me da bien encontrar talento?), aunque también soy una montaña rusa de emociones. Disfruto mucho de mi profesión, siento que le cambio la vida a las personas y eso me reconforta plenamente. Cada vez que tengo una nueva idea de emprendimiento me vuelvo loca, así que siempre trato de reposarla una semana. Llevo más de 5 años trabajando en Recursos Humanos, aunque no siempre he trabajado por cuenta propia. Voy a extenderme en este punto.
En mayo de 2017 trabajaba como IT Headhunter en una multinacional tecnológica en Sevilla. Mi pareja, que es desarrollador, vivía en ese momento en Alemania, con una clara intención: en unos meses pediría a su empresa trabajar en remoto para poder viajar por el mundo y tener flexibilidad total. Me flipaba la idea, pero yo no tenía los medios para poder hacer lo mismo… ¿o quizás sí? Seducida por la idea de viajar y trabajar al mismo tiempo, empecé a investigar formas de hacer ese sueño realidad. ¿Dejar el recruitment? ¿Hacer consultoría? ¿Trabajar para una empresa en remoto? <<Es más sencillo que todo eso>>, me dijo mi pareja. <<Puedes ser Headhunter freelance. Ya lo has hecho, sabes hacerlo, y puedes compatibilizarlo con estar en cualquier parte del mundo>>. OMG. La idea empezaba a coger forma. ¿Ves lo importante que es rodearte de gente que te inspire y que te haga brillar?
Ese verano fue de los más duros de mi vida profesional. Aprovechando que tenía jornada intensiva, iba por las mañanas a mi trabajo habitual y dedicaba las tardes a «mi nuevo emprendimiento». Poco a poco fui consiguiendo algunos clientes, pero no veía el momento de dejar mi empresa sin tener una seguridad económica. Como en las agencias de selección se trabaja a éxito, decidí que en el momento en que incorporara al primer candidato y, por tanto, emitiera la primera factura, dejaría mi empleo. Y ese momento llegó en septiembre de 2017: conseguí mi primer placement como freelance: Yuhu!!!!
No me lo podía creer. Una parte de mí estaba muerta de miedo, pero otra me decía que esto era el comienzo de una nueva vida. Una nueva aventura en la que yo decidía cómo, dónde, cuándo y con quién quería trabajar. Comuniqué la decisión en la empresa en la que trabajaba por aquel entonces, y comencé a navegar.
La primera factura que emití fue de algo más de 2.000 € (IVA incluido). Decidí invertirlo en comprarme un Mac (necesitaba un buen equipo de trabajo si nadie me lo iba a proporcionar) y en comprarme un billete de ida a Alemania para trabajar desde allí. Cuando mi pareja consiguió su ansiado teletrabajo nos volvimos para Sevilla (en Alemania hacía mucho frío xD).
En lo que restó de 2017, la facturación fue viento en popa, lo que me ayudó a reforzar mi decisión de haber dejado el trabajo y haberme hecho autónoma, así como ganar seguridad y tracción para conseguir nuevos clientes. A final de 2017 la facturación fue de 20.200 € (con IVA, IRPF y todos sus impuestos añadidos). Nada mal para haber empezado a facturar en septiembre. El 2018 apuntaba maneras.

Efectivamente, 2018 fue un año de mucho crecimiento, pero también de muchísimo curro. Y, por suerte, muchísimo viaje 🙂 Empezamos probando la experiencia de digital nomads en España: Tarifa, Granada, Cádiz, Palma de Mallorca, Madrid y Barcelona. Estuvimos una semana en Nueva York para celebrar la nueva vida de nomads y otra semana de crucero por Italia y las Islas Griegas. Disclaimer: en todo el verano tuve una semana de vacaciones (la del crucero), el resto estuve trabajando como si no hubiera un mañana. Para los que piensen que viajar y trabajar es fácil, no, no lo es, y tienes que tener mucha disciplina.
En septiembre de ese mismo año tomamos la decisión de hacer nuestro gran primer viaje de digital nomads: irnos dos meses a Tailandia. Si bien fue una gran aventura, también he de decir que fue muy duro trabajar con la diferencia horaria (+6 horas) y se hacía muy complicado mantener una rutina «normal»: muchas veces me quedaba trabajando hasta las 2 am para poder dar servicio a mis clientes y candidatos. Porque ellos eran (y son) la base de mi negocio, y porque sin ellos no podría haber vivido la experiencia de trabajar en la otra parte del mundo, así que tenía mi foco completamente claro. Eso sí, los fines de semana los dedicaba a disfrutar completamente de las maravillosas playas, naturaleza y templos de Tailandia 🙂
Volviendo al trabajo, como comentaba, no paré ese año. Mi cartera de clientes iba en aumento y también el número de procesos de selección. Pero fallé en una cosa: no saber decir NO, por aquí no paso. Es difícil cuando llevas pocos meses en el mercado y estás tratando de hacerte un nombre. Muchas veces me sentí chiquitita en comparación con las grandes consultoras de headhunting (al principio tuve que reducir mis fees para conseguir los primeros clientes), pero pronto comprendí que si aportaba igual o más valor que esas empresas, merecía lo mismo o más que ellas. Porque si el resultado es excelente, eso hay que pagarlo. Así pude poco a poco retomar los fees del mercado y aumentar el ticket medio (de 2.100€ en 2017 a 2667€ en 2018). Además de headhunting, ese año hice también talleres, formaciones y workshops, así como estudios salariales. Finalmente en 2018 la facturación fue de 81.528,79 €. Ojo, que facturación no es beneficio (ojalá). Más de la mitad de esa cantidad son impuestos, y otro 20% (aprox) gastos fijos. En definitiva, en 2018 tuve muchos aprendizajes que en 2019 no volvería a repetir.
Enero de 2019 llegó como una brisa de aire fresco. Recogí todos los frutos del último trimestre del año y la facturación fue de 19.567 €. Desde luego, una gran motivación para comenzar el año. Aunque los viajes como digital nomads se frenaron un poco (Tailandia nos dejó agotados), sí que pudimos hacer unos viajazos a California, Japón y Marruecos. Este verano (2020) pretendemos irnos a Bali durante julio y agosto para trabajar desde allí, hacer yoga (una de mis pasiones como he comentado al inicio, recientemente me he sacado la titulación de profe) y tener una o dos semanas para descansar, aunque… todo dependerá de la evolución del coronavirus :S
A lo que íbamos, en 2019 me centré al 100% en Headhunting (hice algunas formaciones muy puntuales), y creció en mí la idea de aportar a la comunidad mediante recursos gratuitos y formación online, con la doble intención de ayudar a todas aquellas personas que tuvieran dificultades como IT Recruiters (nuestra profesión es muy dura si no tienes ni papa de tecnología e informática xD) y obtener ingresos pasivos. Pero de eso hablaremos en otro post.
El final de 2019 ha sido duro porque estoy viendo una evolución en la tendencia del mercado, he tenido muchos casos de candidatos que han aceptado contraofertas (el gran temor de los Recruiters) y se han caído o cancelado unos cuantos procesos. Hay meses en los que no he facturado y he tenido pérdidas.
Aún así, la facturación ha sido mejor que el año anterior: 83.380 €.
Este año siento que va a ser diferente. Tengo la visión de seguir conectando el mejor talento tecnológico con las mejores empresas, pero también continuar aportando a esta comunidad y (probablemente) empezar nuevos proyectos a mitad de año (algunos relacionados con headhunting y otros no). No sé si mantendré la facturación, lo que si espero es disfrutar por el camino, aprender y ser feliz. Seguir aportando valor a empresas que buscan el mejor talento. Seguir viajando, tener flexibilidad y seguir rodeada de mis seres queridos.
Lo que está claro es que hemos venido a jugar, así que vamos a por todas 🙂
Espero que con este post hayas conocido un poco (más bien, un mucho) de mí, ojalá te sirva de inspiración para impulsarte hacia tus objetivos o, simplemente, a no tener miedo a sentirte vulnerable.
Como siempre cualquier feedback es bien recibido, así que puedes dejarme un comentario o escribirme por LinkedIn 😉
¡Nos leemos en la próxima!
Marina, de MG Digital Recruiting.
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No me equivoqué contigo… yo también soy intuitivo y vi algo diferente de cómo planteabas el servicio de head hunting.
Mucho ánimo y no pares, eso si, sin prisa pero sin pausa.
Felicidades y sigue por ese camino.
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Muchísimas gracias por tus palabras Jesús!!
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